miércoles, 2 de abril de 2008

ROMPER EL CAPULLO

No se quien soy, tengo miedo, me encuentro como esas mariposas que aun no son mariposas; presas en sus capullos, creciendo, madurando, preparándose para salir al mundo y desplegar sus alas, para ser libres, volar, conocer un nuevo mundo. Me encuentro prisionero en un pasado que no quiero dejar ir, dubitativo, lleno de conflictos internos que me amarran a un ideal, a un imposible; que mantiene atado a mi corazón y a mi alma, impidiéndoles volar, ser libres.

No se como salir de mi capullo, como soltar las amarras, como romper la monotonía de mi mente; busco una ilusión, un sueño, una alegría. Me encuentro caminando en un valle de humo, no puedo ver bien, no encuentro la luz; se me hace difícil distinguir lo bueno de lo malo, solo veo sombras que danzan a mi alrededor, susurrando al viento mis errores, mis temores, mis deseos no logrados; fantasmas que roban mi energía, que me arrebatan los sueños, que toman mis risas y las convierten en llanto.

Pero para volar, hay que olvidar, dejar atrás, volver a soñar, vencer fantasmas que no quieren partir; tomar el control, luchar contra uno mismo, rodearse de luz, de Dios; abrir los ojos, aceptar las nuevas oportunidades, adaptarse a ellas, entender que esperar un imposible no es vivir. Vivir es reír, sacarle lo bueno a lo malo, buscar la inspiración de la vida en los detalles, es convertir un desierto en un jardín.

Salir del capullo es tan fácil como querer hacerlo, lo difícil es la forma de encontrar el valor para querer hacerlo, para dejar atrás una vida, una historia y volar hacia una nueva.

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